El tema del acceso de niños a la pornografía sigue dando mucho que hablar. En este artículo del diario El Mundo, Alejandro Villena, psicólogo especializado en sexología, habla del tema. Comenta que “los niños comienzan a ver pornografía entre los 9 y los 11 años y «casi 7 de cada 10 adolescentes consumen pornografía de forma frecuente». Críos muy pequeños «buscan reforzar su autoestima sexualizando su cuerpo en TikTok para obtener más likes”. Además confirma Alejandro que, coincidiendo con datos publicados en estos blogs, el 30% accede de forma accidental, ya que el algoritmo de YouTube actualmente les “redirige a contenidos cada vez más eróticos”. Además, según él, un 28% tiene la primera toma de contacto a partir de una búsqueda activa o mediante intercambio de contenidos en WhatsApp o redes sociales. Insiste que “suele ser a través del móvil, donde disfrutan de bastante libertad”. Esta situación es lamentable pero existe una solución. Según Alejandro, “los padres deberían estar más encima sin volverse espías”: hoy en el mercado existe mucha oferta de software que espía pero no se recomienda. Lo mejor, como en muchas cosas, es “encontrar un equilibrio entre confiar y supervisar”. En su opinión, “los controles parentales funcionan bastante bien hasta cierta edad y pueden prevenir que accedan por accidente. Luego hay que enseñarles a que ellos mismos decidan no verlo. Y con el móvil ocurre igual: hay que acompañarlos, ponerles filtros, darles unas normas”. Hoy en día existe solo una solución de móvil en el mercado que es capaz de solventar este problema: en Europa se llama Blabloo y en Asia, Geniora. Con estos teléfonos el padre puede gestionar los accesos tanto a apps (como Whatsapp) como a Internet, y evitar que accedan a este tipo de contenido. El filtro está muy probado y protege al niño de todo lo que el padre no quiere que vea, y ayuda a crear una comunicación sobre el uso de la tecnología.

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https://www.elmundo.es/espana/2021/12/10/61b39931fc6c8385428b456e.html