La tecnología es una espada de doble filo. Por un lado nos ha facilitado mucho durante toda la pandemia, como el trabajo desde casa a los padres, pero también, durante el cierre de colegios, permitía – en caso de tener el dispositivo apropiado para el alumno – la continuidad de la educación escolar. En este artículo de La Vanguardia se comenta la necesidad de que “los jóvenes en edad escolar son los que deben controlar más los hábitos tecnológicos que nos ha impuesto la pandemia”. Al igual que en el resto del mundo, en España el uso de social media ha disparado, siendo los más populares TikTok, Instagram, Facebook, Pinterest, Snapchat y Twitter. El problema con estos, como hemos comentado en posts anteriores, es el efecto que estos pueden causar. Sin embargo, la única solución que queda para los padres es evitar el uso de estas plataformas hasta que tengan la suficiente madurez. Pero como todos los padres sabemos, esto puede resultar difícil. La solución, sin embargo, es que los niños tengan un dispositivo gestionado. Los dispositivos escolares que se llevan a casa sí tienen alguna de nuestras soluciones de software de gestión del aula instalada (midess o Lugus). Es el padre, fuera del horario escolar, el que puede gestionar el acceso que tiene el niño a determinadas páginas web y también el que puede congelar la pantalla si llevan demasiado tiempo conectados. En caso de un móvil, la única solución en el mercado que realmente permite gestionar este aspecto, sin espiar, es el smartphone de Blabloo, que una vez enlazada con el teléfono del padre le da un control remoto del dispositivo que le protegerá de contenidos inapropiados y le mantendrá seguro y siempre conectado y localizado (a través de su GPS).
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