Según un artículo reciente en El País, la multinacional americana Amazon lanzó el curso pasado una campaña que pretende devolver al sector de la educación un 1% de las compras de cualquier persona (con o sin niños) a uno de 7.500 centros educativos. Es una fórmula interesante, y desde luego bastante creativa, que por un lado es una crítica de la falta de fondos que llegan a los colegios, y por otra intentar suavizar la imagen de Amazon y su poder de controlar el mercado de casi cualquier producto con su capacidad logística. Tienen un manejo de los precios y un nivel de servicio tan bien desarrollado que debido a su éxito muchos negocios cierran cada día. Esta campaña estará en vigor hasta febrero de 2022 – aunque seguramente si es un éxito se extenderá para más tiempo. El propósito es que “Cualquier compra, la que sea, servirá para acumular un dinero virtual que estará después a disposición del centro para canjear en un amplio catálogo de más de 1.000 productos”. Si con esta “ayuda” los centros consiguen reemplazar equipos antiguos y desfasados será de gran ayuda para seguir ampliando el acceso a la educación digital que tanta necesidad ha habido y que fue subrayado al empezar la pandemia, el confinamiento y la educación híbrida que tanto está de moda ahora. El periódico alerta que “algunos expertos consultados dudan sobre el componente ético de la iniciativa, ya que, en principio puede parecer que es una acción para ayudar a los colegios más necesitados, pero las familias que más compran por Internet no suelen ser las que tienen un perfil socioeconómico más bajo”. Sea cual sea la justificación de la campaña servirá una necesidad en los colegios.   

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https://elpais.com/educacion/2021-10-05/colegios-publicos-que-renuevan-equipamientos-gracias-a-donaciones-privadas-altruismo-o-intromision-interesada.html